Nunca tomé clases de dibujo, sólo lo hago. Me gusta el "lo hago" en presente porque dejé de hacerlo mucho tiempo ¿por qué? me lo sigo preguntando.
Hace unos años que lo retomé, arrepintiéndome de la práctica perdida intenté tomar una clase, el nombre del taller era muy llamativo: Dibujo de la figura humana ejercitando el hemisferio derecho del cerebro; después de dos-tres clases noté no solamente que el profesor llegaba oliendo a ron sino que no tenía idea o por lo menos no mostraba interés por las funciones de los hemisferios cerebrales ¡CHAFA! la idea de que sean inversos y asimétricos pero a la vez complementarios y que aprendería la manera de estimular el lado derecho que es el que corresponde a las sensaciones me tenía fascinada. Nunca regresé pero esas pocas sesiones con modelo al desnudo fueron suficientes para darme cuenta de dos cosas: mi trazo se deja llevar por el contraste por lo que decidí experimentar con tinta china y lo más importante... no estoy interesada en el realismo, terminé conviertiendo todo boceto en caricatura.
Estos son algunos diseños que hice para una propuesta de playeras hechas con serigrafía, el primero es mi interpretación de "El gran masturbador" de Dalí y el segundo de "La última cena" de Da Vinci.


gracias por pasar por mi blog.
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